/shocreoenmyyyy
“…pero Dios ve el corazón”
Esteban no cree que Dios lo está llamando, aunque siente que algo en su interior está creciendo. Es como una gran duda, una sensación de que algo muy importante le falta. Su familia tampoco cree en él. Saben que es mentiroso, perezoso, mujeriego y lleva una mala vida. Esteban no cree en él mismo. Se cree poca cosa, hasta le causa gracias pensar que Dios esté precisamente fijándose en él.
Jesé tenía siete hijos, que desfilaron delante de Samuel, que buscaba por pedido del Señor al nuevo ungido. Uno a uno fueron pasando delante de sus ojos. Cual más grande, más fuerte, más virtuoso. Pero ninguno era el elegido. Dios había sido claro: “No te fijes en su aspecto ni en lo elevado de su estatura, porque yo lo he descartado. Dios no mira como mira el hombre; porque el hombre ve las apariencias, pero Dios ve el Corazón”. (1 Samuel 16,7).
Entonce Samuel preguntó a Jesé: “¿Están aquí todos los muchachos?”. Él respondió: “Queda todavía el más joven, que ahora está apacentando el rebaño”. Samuel dijo a Jesé: “Manda a buscarlo”. Y Jesé hizo venir a David, el más pequeño de los hermanos..
Nadie creía en David, ni siquiera su padre. Pero Dios ve mucho más allá de las apariencias. Dios cree en David. Como así también cree en Esteban y en cada uno de nosotros.
Por David nadie daba nada, pero será él mismo el que derrotará a Goliat, cuando todos los demás guerreros de Saúl no pudieron hacerlo.
A diferencia de Esteban, David cree en sí mismo, no por sus habilidades, ni por sus cualidades. Sino porque confía en Dios, por eso dirá: “El Señor que me ha librado de las garras del león y del oso, también me librará de la mano de ese filisteo” (1 Samuel 17,37)
A menudo muchos adultos no creen en los jóvenes, por eso los desalientan, los tratan como a inútiles, creen imposible que puedan cambiar, y de algún modo muchos jóvenes de tanto escucharlo por boca de los mayores lo terminan creyendo. Sin embargo, Dios cree en los jóvenes, porque puede ver más allá de lo aparente y superficial, porque puede ver el principio y el fin de una persona.
Además, Dios no sólo cree, sino que da fuerza, valor, confianza a aquellos que aceptan el riesgo de responder su llamado. Nadie puede impresionar a Dios, ni deslumbrarlo por sus cualidades o virtudes. La elección de una persona, el llamado de una persona va más allá de lo que ésta puede ser o hacer.
Dios cree en vos y te llama, golpea tu puerta y espera que atiendas. Ese es el primer paso que debemos dar, después vendrá el tiempo de empezar a cambiar!!!
Andrés Obregón
jesus-te-llama@hotmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por el comentario!!!