domingo, 4 de noviembre de 2012

Amar a Dios y al hermano


Julián no se enteró que la peregrinación se había suspendido. Le pareció raro que no hubiera gente, pero no le importó. Tenía que cumplir con la promesa que había hecho. Tenía que sacrificarse y llegar por más que costara. Así estuvo caminando toda la noche. Para cuando llegó al lugar ya estaba amaneciendo y no pudo creer lo que estaba viendo, estaba todo inundado. No podría alcanzar su misión, no podría llegar exactamente al lugar. Angustiado se echó a llorar, luego lo atacó la bronca. Tanto esfuerzo en vano. Volvería resignado sintiendo que le había fallado a Dios. Pero de pronto algo pasó. Vio a muchas personas acampando. Eran evacuados que tuvieron que dejar sus casas por el agua. De pronto lo entendió, ese era el sacrificio que Dios le pedía, ayudar a sus hermanos, amarlos en esta hora de crisis.

Un escriba se acercó a Jesús y le preguntó: "¿Cuál es el primero de los mandamientos?". Jesús respondió: "El primero es: 'Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas'. El segundo es: 'Amarás a tu prójimo como a ti mismo'. No hay otro mandamiento más grande que éstos". El escriba le dijo: "Muy bien, Maestro, tienes razón al decir que hay un solo Dios y no hay otro más que él, y que amarlo con todo el corazón, con toda la inteligencia y con todas las fuerzas, y amar al prójimo como a sí mismo, vale más que todos los holocaustos y todos los sacrificios". Jesús, al ver que había respondido tan acertadamente, le dijo: "Tú no estás lejos del Reino de Dios". Y nadie se atrevió a hacerle más preguntas. Mc 12, 28b-34

Levanten la mano los que saben que el primer mandamiento es amar a Dios sobre todas las cosas. Seguro que lo levantaron todos. Levanten la mano aquellos que saben que el segundo mandamiento más importante es el de amar al prójimo. Seguro que también varios la levantaron. Ahora levanten las manos aquellos que aman al prójimo igual que se aman a si mismos…
Hay muchos que creemos amar a Dios. Pero somos incapaces de amar al hermano. Hay muchos que hablamos tanto con Dios que lo tenemos mareado. Pero luego somos incapaces de hablarnos con nuestro prójimo. Hay muchos que estarían dispuestos a darlo todo por Dios. Pero luego somos incapaces de dar una limosna al que nos pide para comprar un pan.[1]
El amor a Dios y al prójimo es más importante que cualquier sacrificio. Equivocados estamos si solamente peregrinamos y no somos capaces de ayudar a nuestros hermanos. Equivocados estamos si al salir de nuestras celebraciones nos encerramos en nuestro mundo, y no le prestamos atención a nuestra familia. Equivocados estamos si son más importantes las prácticas religiosas que el amor al prójimo.  Equivocados estamos si le dedicamos tanto tiempo a ensayar con nuestra banda de música cristiana, y nos olvidamos de ayudar, de servir, de compartir con los que más sufren.
En este último tiempo cuantas frases ofensivas he escuchado, cuanto odio le demostramos a los que piensan distintos. Nos quejamos de aquellos que gobiernan porque los tildamos de intolerantes, pero no permitimos que nadie nos haga una crítica. Tildamos a los jóvenes de incapaces, de drogadictos, de tontos que pueden ser utilizados. Que errados que estamos, la juventud necesita que les demostremos amor, que le demostremos que creemos en ellos. Criticamos y hasta decimos que odiamos a los negros que andan con gorritas. Y luego vamos a la iglesia. ¡Qué ejemplo para aquellos que no creen! ¡Qué testimonio para aquellos que no conocen a cristo!
Vemos por televisión la incapacidad de los diputados o senadores de ponerse de acuerdo por el bien de la comunidad. La incapacidad de hablar sin gritos, de expresar opiniones sin insultos. Es ahí en donde tenemos la misión de poner el amor al prójimo, es ahí en donde tanta falta hace el amor al prójimo.
Si somos capaces de esforzarnos cada día para amar a nuestros prójimos, entonces no estamos lejos del Reino de Dios. Si todavía hay odio en tu vida, pide a Dios que te llene de su Espíritu Santo, que es el amor de Dios derramado en los corazones.

1 comentario:

  1. TENGO UN GRUPO DE JÓVENES EN LA PARROQUIA SANTA TERESA DE JESUS DE GARÍN QUE SE ESTÁN PREPARANDO PARA SU SACRAMENTO DE LA CONFRIMACIÓN SON JÓVENES ALEGRES, LLENOS DE FE Y ESPERANZA EN EL FUTURO, QUE SEGURAMENTE, PORQUE SON DE BUENA MADERA SERÁN LOS MEJORES CON SUS PRÓJIMOS. ES UNA MARAVILLA INICIAR EN LA FE A JÓVENES PUES DE ELLOS SIEMPRE SE APRENDE Y TE CARGAN LAS PILAS. GRACIAS POR LO QUE HAN COMPARTIDO CON NOSOTROS

    ResponderEliminar

Gracias por el comentario!!!

Etiquetas

Lucas Juan amor Marcos 6 Marcos 1 embarazo juan 20 alcoholismo autoengaño desilución despreciado esclavitudes navidad paralisis resurrección Agua Viva Corintios Jeremías Juan 1 Juan 10 Lucas 9 Marcos 10 Marcos 7 Marcos 9 Mateo 25 Samuel bautismo creer en uno mismo cuentos culpa duelo fe imperfecto indiferencia intenta juan 15 lágrimas mediocres noviazgo oportunidad padre misericordioso parto pastor permanecer robo soledad testimonio tranquilidad violencia 1 Corintios 10 1 Juan 1 1 Juan 5 1 Pedro 4 2 tesalonicenses 3 Apocalipsis 22 Constanza Cordero David Deuteronomio 32 Elías Emaús Evangelio de Andrés Ezequiel Génesis Génesis 1 Hebreos 12 Hechos Hijo Prodigo Isaias 49 Isaias 66 Jesús Adrían Romero José Juan 6 Juan 16 Juan 2 Juan 6 Lacas 1 Lucas 1 Lucas 10 Lucas 13 Lucas 15 Lucas 18 Lucas 19 Lucas 21 Luz Marcos 12 Marcos 16 Marcos 2 Marcos 4 Marcos 5 Marcos 8 Mateo Mateo 13 Mateo 14 Mateo 28 Mateo 3 Oseas 11 Pedro Rey Romano 13 Romanos 2 Salmo 17 Samaritana Tomás Zaqueo aborto agradecido anuncio apocalipsis atesorar año nuevo basura cambio de aceite carrera chicos de la calle comercio comida compartir creer decisión desafío descanso deseo despedidas difícil discernimiento dolares dolor domingo de ramos droga enamoramiento enojo escandalo escuela esfuerzo espíritu estigmas fallecimiento fama filipenses fin del mundo frutos futuro gloria hambre higuera huelga humildad impureza incredulo insistencia inundados joven rico juan 12 juan 3 justicia jóvenes llamado llenarnos de Dios llorar lucas 24 madre madurar marginado matrimonio mesías miedo milagros monopolios movimiento muerte multiplicación murmurar niño noche novios oración palabras de afirmación pan pasado pasión pecado peces y panes perdon prejucios presencia profeta prostitución prójimo robar rápido sacrificio salvación samaritano sanación semilla servicio señales silencio sin sentido sindicatos sordomudo sueños suicidio talitá kum templo tocar trabajo unión vasijas vid vida vivir vocación volver a empezar última cena