Sabía que ese día se levantaría como todos los días temprano. Sabía que se lavaría la cara y afeitaría. Sabía que desayunaría en silencio. Sabía que le daría un beso a su esposa que todavía dormía. Sabía que saldría apurado. Sabía que habría mucho transito. Sabía que subiría al tren empujando a todos para poder entrar. Sabía que viajaría apretado porque todos los días eran iguales.
Lo que no sabía era que nunca más se levantaría temprano, ni se afeitaría, ni desayunaría. No sabía que no vería más a su esposa, ni podría decirle ese “Te quiero” que nunca le dijo. Porque tampoco sabía que ese día lo encontraría la muerte en el vagón de un tren.
Les decía una parábola para inculcarles que era preciso orar siempre sin desfallecer. «Había un juez en una ciudad, que ni temía a Dios ni respetaba a los hombres. Había en aquella ciudad una viuda que, acudiendo a él, le dijo: "¡Hazme justicia contra mi adversario!" Durante mucho tiempo no quiso, pero después se dijo a sí mismo: "Aunque no temo a Dios ni respeto a los hombres, como esta viuda me causa molestias, le voy a hacer justicia para que no venga continuamente a importunarme."» Dijo, pues, el Señor: «Oíd lo que dice el juez injusto; y Dios, ¿no hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche, y les hace esperar? Os digo que les hará justicia pronto. Pero, cuando el Hijo del hombre venga, ¿encontrará la fe sobre la tierra?» Lucas 18, 1-8
Aunque esta lectura habla de la oración. También nos habla de la insistencia. La insistencia de esta viuda que no deja en paz al juez hasta que a este no le queda más remedio que hacer justicia. Hoy quiero hablarte de la insistencia para que los crímenes no queden impunes, para que podamos construir un mundo más humano. Para que podamos hacer que venga un poquito cada día a nosotros el Reino de Dios.
¡Qué difícil es ser cristiano! Porque al cristiano se le exige perdonar. El cristiano tiene que perdonar a todos. Pero otra cosa es aprobar los errores y otra aún no trabajar para evitar que estas cosas sucedan.
Nuestra primera tarea como cristianos es Amar al Prójimo. Si soy indiferente ante los problemas sociales que afectan a nuestros hermanos, entonces no estoy amando. Si no hago nada para que las cosas cambien, no estoy amando. Si callo ante las injusticias, no estoy amando.
Nuestra segunda tarea como cristianos es Amar la verdad. La verdad debe brillar en nuestras vidas y en nuestras sociedades. Debemos buscar la verdad. Por eso no debemos permitir la impunidad, por eso no debemos permitir el silencio que busca que los días pasen y todo queda en el olvido, que busca que todo quede en la nada.
Dios no aprueba el pecado, no aprueba al que roba y se queda con la plata del pueblo, no ve con buenos ojos al que lucra con la vida de la gente. Dios ama al pecador que se arrepiente, pero tiene que haber arrepentimiento.
No debemos cansarnos de pedir justicia. La justicia llega nos demuestra la parábola, la justicia llega nos demuestra nuestra historia, pero para que la justicia llegue debemos como pueblo estar unidos, para que la justicia llegue debemos trabajar juntos, para que la justicia llegue debemos ser insistentes porque en nuestro país hay muchos jueces como el de la lectura.
No debemos cansarnos de exigir que se haga justicia, por los que ya no estan y no tienen voz, por los que nunca llegaran a sus casas, por los que desaparecieron y todavía hoy en democracia sigen desapareciendo.
Por último en nuestro pedido de justicia no debe faltar Dios. Porque sin Dios, la justicia se llena de rencor, resentimiento y hasta odio. Y Dios hará justicia a sus elegidos, que están clamando a él día y noche.
Andrés Nicolás Obregón
Un lugar para iluminar la realidad juvenil a la luz de la Palabra de Dios
jueves, 22 de marzo de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Etiquetas
Lucas
Juan
amor
Marcos 6
Marcos 1
embarazo
juan 20
alcoholismo
autoengaño
desilución
despreciado
esclavitudes
navidad
paralisis
resurrección
Agua Viva
Corintios
Jeremías
Juan 1
Juan 10
Lucas 9
Marcos 10
Marcos 7
Marcos 9
Mateo 25
Samuel
bautismo
creer en uno mismo
cuentos
culpa
duelo
fe
imperfecto
indiferencia
intenta
juan 15
lágrimas
mediocres
noviazgo
oportunidad
padre misericordioso
parto
pastor
permanecer
robo
soledad
testimonio
tranquilidad
violencia
1 Corintios 10
1 Juan 1
1 Juan 5
1 Pedro 4
2 tesalonicenses 3
Apocalipsis 22
Constanza
Cordero
David
Deuteronomio 32
Elías
Emaús
Evangelio de Andrés
Ezequiel
Génesis
Génesis 1
Hebreos 12
Hechos
Hijo Prodigo
Isaias 49
Isaias 66
Jesús Adrían Romero
José
Juan 6
Juan 16
Juan 2
Juan 6
Lacas 1
Lucas 1
Lucas 10
Lucas 13
Lucas 15
Lucas 18
Lucas 19
Lucas 21
Luz
Marcos 12
Marcos 16
Marcos 2
Marcos 4
Marcos 5
Marcos 8
Mateo
Mateo 13
Mateo 14
Mateo 28
Mateo 3
Oseas 11
Pedro
Rey
Romano 13
Romanos 2
Salmo 17
Samaritana
Tomás
Zaqueo
aborto
agradecido
anuncio
apocalipsis
atesorar
año nuevo
basura
cambio de aceite
carrera
chicos de la calle
comercio
comida
compartir
creer
decisión
desafío
descanso
deseo
despedidas
difícil
discernimiento
dolares
dolor
domingo de ramos
droga
enamoramiento
enojo
escandalo
escuela
esfuerzo
espíritu
estigmas
fallecimiento
fama
filipenses
fin del mundo
frutos
futuro
gloria
hambre
higuera
huelga
humildad
impureza
incredulo
insistencia
inundados
joven rico
juan 12
juan 3
justicia
jóvenes
llamado
llenarnos de Dios
llorar
lucas 24
madre
madurar
marginado
matrimonio
mesías
miedo
milagros
monopolios
movimiento
muerte
multiplicación
murmurar
niño
noche
novios
oración
palabras de afirmación
pan
pasado
pasión
pecado
peces y panes
perdon
prejucios
presencia
profeta
prostitución
prójimo
robar
rápido
sacrificio
salvación
samaritano
sanación
semilla
servicio
señales
silencio
sin sentido
sindicatos
sordomudo
sueños
suicidio
talitá kum
templo
tocar
trabajo
unión
vasijas
vid
vida
vivir
vocación
volver a empezar
última cena
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Gracias por el comentario!!!