Los jóvenes debemos desafiar a
los mismos jóvenes. Nuestro testimonio tiene que ser un desafío para los demás.
A través de nuestro testimonio los demás jóvenes deben preguntarse y
cuestionarse sobre sus propias vidas. Nuestro testimonio tiene que sembrar la
duda en los jóvenes que los lleve a reflexionar: ¿puedo estar mejor? ¿No me
estoy conformando con poco? ¿Hay algo mejor que descubrir?

El descubrimiento de Cristo debe
ser un movimiento paulatino en nuestra vida que nos lleve a transformar toda
nuestra existencia. ¿Cristo ha
transformado toda tu existencia?
Los jóvenes cristianos debemos
desafiar a otros jóvenes en áreas de la vida cotidiana, como por ejemplo el
noviazgo. ¿Cómo vivo el noviazgo? ¿En qué se diferencia un noviazgo cristiano
de un noviazgo no cristiano? ¿En nada? Si no hay diferencia entre mi noviazgo,
que me digo cristiano, de otro noviazgo de jóvenes que no creen, entonces hay
algo que está mal. Si no hacemos a Cristo parte de mi noviazgo, entonces no he
dejado entrar a Cristo verdaderamente en todos los aspectos de mi vida.
Conozco novios que han dejado
entrar a Cristo en su noviazgo y verdaderamente cuando se los mira, cuando se está
junto a ellos se siente algo especial, algo distinto. Esto no significa que no
tengan problemas, que nos tengan discusiones en la pareja, pero encaran la vida
juntos de otra manera. Estar junto a
ellos es un gran desafío, porque su presencia cuestiona. Ellos han decidido no
ser una pareja más, sino que desean en lo más profundo de su corazón ser un
noviazgo especial. Ellos saben que su noviazgo da para más.
Los novios cristianos se desafían
mutuamente, porque quieren crecer los dos juntos. ¿Y vos como desafías a tu
pareja para que crezca o permitís que ella haga de tu noviazgo un noviazgo
mediocre?
Los jóvenes cristianos debemos
desafiar a otros jóvenes en áreas de la vida cotidiana, como por ejemplo la soltería.
¿Cómo vivo el estar solo? ¿Cómo vivo mi soledad? Hay cristianos que viven el estar
solos como una carga insoportable, viven la soledad como un desierto. No se dan
cuenta que la soledad también tiene que ser fecunda. La soledad es una etapa
para descubrirse, para conocerse más. Muchos ven a soledad como algo de lo que
hay que escaparse, algo de lo que hay que huir. Cristo también quiere vivir en
tu soledad. En la soledad uno tiene el desafío de aprender a ser feliz, porque
si soy infeliz estando solo también lo voy a ser estando acompañado, y corro el
riesgo de que al ponerme de novio cargue en la otra persona el peso
insoportable de que me haga feliz.
Los jóvenes cristianos debemos
desafiar a los mismos jóvenes. Nuestro testimonio tiene que ser un desafío para
los demás. Y vos ¿Cómo vivís el estar soltero? Y vos ¿Cómo vivís tu noviazgo? Me
gustaría saber tu comentario.
Andrés Nicolás Obregón