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Ezequiel se levantó como todas las mañanas para ir a trabajar. Pero hoy tenía miedo de salir a la calle. No era un día como cualquier otro, había paro "nacional". Sentía temor de que le pasara algo, simplemente por elegir trabajar, simplemente por no sumarse al paro. No había transporte por lo que tuvo que usar su bicicleta. Nadie le traería el pan a su familia si él no salía, nadie le devolvería la plata que él perdería si no iba a trabajar. Era la primera vez que se sentía de esa forma, raro, presionado, obligado , sin libertad de hacer lo que a él le parecía mejor. Finalmente llegó a su trabajo, pero un piquete impedía que alguien pudiera pasar.
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador". Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más".Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido". Lc 19, 1-10
Creo que para que el país salga hacia adelante, no hay que parar el país sino que hay que dejar de robar. No quiero prohibir el derecho a realizar huelgas. Todos tenemos derecho a hacer huelgas, los sindicatos tienen la obligación de defender los derechos de los trabajadores. Pero, nadie tiene el derecho a obligar a otros a que paren, nadie tiene derecho a ejercer violencia para que los que quieran ir a trabajar puedan hacerlo.
En la lectura de hoy, Zaqueo se encuentra con Jesús. Creo que lo que este país necesita para mejorar es encontrarse con Jesús, y si no creemos en Jesús, por lo menos necesitamos reencontrarnos con algunos valores que hemos perdido. Valores como la honestidad y el servicio al prójimo, son los que hacen falta.Lo que este país necesita es que alguna vez por lo menos un político o un sindicalista diga como dijo Zaqueo: "Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más". Sin embargo no dejamos de escuchar que cada día aumentan su patrimonio, cada día vemos como los que están en el poder se aumenta descaradamente el suelo, o reciben jubilaciones de privilegios. ¡¡¡Es tiempo que dejen de robar!!!
Como siempre es el pueblo que queda en el medio, es el pueblo el que tiene que pagar los platos rotos, es el pueblo al que se manipula para ver quién tiene más poder. Que interesante sería ver cómo los políticos, los empresarios, los gremialistas, salen al encuentro de Jesús y se suben al árbol para poder verlos.
Quizá estoy pidiendo mucho. Pero quiero recordarles a los que gobiernan, a los que representan al pueblo, que están para servir, no para ser servidos. Cuando vea a un sindicalista pobre, recién ahí creeré que lucha por los trabajadores. Cuando vea a un político pobre, recién ahí creeré que quiere que todos y todas las personas de este país estén mejor. Y nosotros como cristianos que nos decimos ser, es hora que empecemos a dar el ejemplo. Es hora que nos encontremos de nuevo con Cristo para que transforme nuestras vidas. Él quiere entrar a nuestras casas, a nuestras familias, a nuestras escuelas, a nuestros gobiernos, para salvarnos, para devolvernos la vida que habíamos perdido.
Me puedo quejar de todos, pero si yo soy igual, si en las pequeñas cosas también soy igual, que sentido tiene, debería considerarme un hipócrita, como esos que se sorprenden de que Jesús vaya a comer a casa de Zaqueo.Todos y todas, debemos unirnos por sacar el país adelante, con propuestas, con honestidad, con coherencia, con respeto hacia los que piensan distinto.
Quizá se me acuse de hacer política con la Palabra de Dios. No es mi intención, pero ¿No debemos iluminar la realidad con la palabra de Dios? Pido a Dios que algun día podamos ver a uno, tan solo uno, de esos que viven a costa del pueblo diciendo esas hermosas palabras que dice Zaqueo. Ese día también diremos como dijo Jesús: "Hoy la Salvación ha llegado a esta casa, a este País"Andrés Nicolás Obregón
Jesús entró en Jericó y atravesaba la ciudad. Allí vivía un hombre muy rico llamado Zaqueo, que era el jefe de los publicanos. Él quería ver quién era Jesús, pero no podía a causa de la multitud, porque era de baja estatura. Entonces se adelantó y subió a un sicómoro para poder verlo, porque iba a pasar por allí. Al llegar a ese lugar, Jesús miró hacia arriba y le dijo: "Zaqueo, baja pronto, porque hoy tengo que alojarme en tu casa". Zaqueo bajó rápidamente y lo recibió con alegría. Al ver esto, todos murmuraban, diciendo: "Se ha ido a alojar en casa de un pecador". Pero Zaqueo dijo resueltamente al Señor: "Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más".Y Jesús le dijo: "Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya que también este hombre es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino a buscar y a salvar lo que estaba perdido". Lc 19, 1-10
Creo que para que el país salga hacia adelante, no hay que parar el país sino que hay que dejar de robar. No quiero prohibir el derecho a realizar huelgas. Todos tenemos derecho a hacer huelgas, los sindicatos tienen la obligación de defender los derechos de los trabajadores. Pero, nadie tiene el derecho a obligar a otros a que paren, nadie tiene derecho a ejercer violencia para que los que quieran ir a trabajar puedan hacerlo.
En la lectura de hoy, Zaqueo se encuentra con Jesús. Creo que lo que este país necesita para mejorar es encontrarse con Jesús, y si no creemos en Jesús, por lo menos necesitamos reencontrarnos con algunos valores que hemos perdido. Valores como la honestidad y el servicio al prójimo, son los que hacen falta.Lo que este país necesita es que alguna vez por lo menos un político o un sindicalista diga como dijo Zaqueo: "Señor, yo doy la mitad de mis bienes a los pobres, y si he perjudicado a alguien, le doy cuatro veces más". Sin embargo no dejamos de escuchar que cada día aumentan su patrimonio, cada día vemos como los que están en el poder se aumenta descaradamente el suelo, o reciben jubilaciones de privilegios. ¡¡¡Es tiempo que dejen de robar!!!
Como siempre es el pueblo que queda en el medio, es el pueblo el que tiene que pagar los platos rotos, es el pueblo al que se manipula para ver quién tiene más poder. Que interesante sería ver cómo los políticos, los empresarios, los gremialistas, salen al encuentro de Jesús y se suben al árbol para poder verlos.
Quizá estoy pidiendo mucho. Pero quiero recordarles a los que gobiernan, a los que representan al pueblo, que están para servir, no para ser servidos. Cuando vea a un sindicalista pobre, recién ahí creeré que lucha por los trabajadores. Cuando vea a un político pobre, recién ahí creeré que quiere que todos y todas las personas de este país estén mejor. Y nosotros como cristianos que nos decimos ser, es hora que empecemos a dar el ejemplo. Es hora que nos encontremos de nuevo con Cristo para que transforme nuestras vidas. Él quiere entrar a nuestras casas, a nuestras familias, a nuestras escuelas, a nuestros gobiernos, para salvarnos, para devolvernos la vida que habíamos perdido.
Me puedo quejar de todos, pero si yo soy igual, si en las pequeñas cosas también soy igual, que sentido tiene, debería considerarme un hipócrita, como esos que se sorprenden de que Jesús vaya a comer a casa de Zaqueo.Todos y todas, debemos unirnos por sacar el país adelante, con propuestas, con honestidad, con coherencia, con respeto hacia los que piensan distinto.
Quizá se me acuse de hacer política con la Palabra de Dios. No es mi intención, pero ¿No debemos iluminar la realidad con la palabra de Dios? Pido a Dios que algun día podamos ver a uno, tan solo uno, de esos que viven a costa del pueblo diciendo esas hermosas palabras que dice Zaqueo. Ese día también diremos como dijo Jesús: "Hoy la Salvación ha llegado a esta casa, a este País"Andrés Nicolás Obregón