lunes, 21 de marzo de 2011

El intento...

El intento

Aunque tu cuerpo se revele, tú intenta.

Aunque tus defensas te mantengan indefensa, tú intenta.

Aunque el camino sea una gran cuesta, tú intenta.

Intenta, porque no queda otra, tú intenta.

Porque el abandono no es salida, tú intenta.

Aunque se caigan los pétalos, tú intenta.

Sabiendo que no estás sola, tú intenta.

Aunque la noche sea oscura, y el día te parezca gris, tú intenta.

El universo conspira a nuestro favor, tú intenta.

El Dios de la vida, es vida, tú intenta.

Porque nada es tan definitivo y final, tú intenta.

Encuentra tu paz en la oración y el silencio, tú intenta.

En el amor, el compromiso, y la paciencia, tú intenta.

Aunque los nervios te traicionen, tú intenta.

Porque siempre hay colores en el Artista de la creación, tú intenta.

Porque la vida es continuo intento, tú intenta.

Paso a paso, despacio y sin pausa, tú intenta.

Intenta, que el intento sea el grito más fuerte que haz dado en tu vida,

Intenta, intenta y no pares de intentar.

Y cuando no quede aliento, descansa … tomando fuerzas para seguir intentando.

viernes, 11 de marzo de 2011

Jóvenes Violentos...

/violenciajuvenil

“…los Violentos intentan arrebatarlo”
Guillermo Joel Cáceres era un joven de 16 años. Vivía en Córdoba. Como cualquier otro joven tenía un fotolog en Internet. Él era flogger.

Digo “Era” porque fue asesinado el domingo 21 de diciembre del 2008, a la madrugada cuando salía con sus amigos de una disco. Un grupo de adolescentes los increpó por ser floggers. "Al salir del boliche había una barrita que nos empezó a gritar cosas. Uno de nuestros amigos les contestó, empezaron a seguirnos y corrimos. Pero a Guillermo lo tiraron al piso y lo patearon", cuenta Juan Pablo, amigo del chico asesinado.

El domingo pasado, cuando salía del boliche Fantástico de Balvanera, Jano Fernández (20) fue interceptado por tres chicos que le pegaron con un bate de béisbol en la cabeza. Murió. Dos días después, a Micaela Ferreyra (16) un balazo le perforó el cuello. La discusión empezó en otro boliche, esta vez de Quilmes, y siguió afuera. Murió. El 7 de febrero, Eduardo Esteban López fue a bailar a “El Paraíso”, en González Catán. A la salida le pegaron cinco balazos y también murió. En diciembre último, Nicolás Collazo fue a bailar a Moreno. Quedó en medio de una pelea. Lo atacaron por atrás con una botella. Murió.

“Cuando le pegás a alguien, ¿Qué sentís?” “Siento que descargo toda mi bronca, toda la furia que tengo acumulada, toda la presión, toda mi angustia”…Así o parecida sería la respuesta que nos daría un joven si tuviéramos la valentía de preguntarle, de comunicarnos y dialogar con él…

Cada día vemos con dolor, que los jóvenes son protagonistas de esta violencia… Ya de por sí, la juventud es una etapa en que la persona está cargada de una gran fuerza, de una gran energía. Entonces, un ambiente de violencia, de intolerancia, de agresión ejerce una presión adicional día a día, y esa gran fuerza se va transformando en bronca. Unas imágenes, unas palabras, unos gestos, la más pequeña provocación puede hacerlos estallar…por eso la raíz del problema es: qué hacemos con esas fuerzas, cómo ayudamos a los jóvenes para que canalicen todo lo que sienten…

Se palpitaba un clima de mucha tensión, Juan el Bautista había sido censurado, perseguido, encarcelado y luego será decapitado. El mensajero debía ser callado, como advertencia, como señal para quien quisiese recorrer el mismo camino, para quien quisiese abrir paso al nuevo Reino.


Desde la cárcel, Juan mandará a sus discípulos a preguntarle a Jesús si es Él el que debía venir. Entonces Jesús, hablaría a la multitud: “Desde la época de Juan el Bautista hasta ahora, el Reino de los Cielos es combatido violentamente y los Violentos intentan arrebatarlo” …”Aprendan de mí, que soy manso y humilde de Corazón”. (Mateo 11, 12. 29)

La violencia se opone al Reino. La violencia terminará con la vida de Juan el Bautista, y llevará a la cruz a Jesús. Pero será el mismo Jesús el que dará la solución a la violencia: “poner la otra mejilla”(Mt 5, 39). Una locura para su época, un delirio para cualquier época. La muerte de Guillermo, es parte de esa fuerza destructiva, y ante esta misma fuerza, Jesús opone una fuerza creativa. Una fuerza que actúa con inteligencia y amor. Porque aunque el Maestro sabe que le espera una muerte violenta, no la espera pasivamente, sino que sigue con su misión, se preocupa por los que sufren, sana a los enfermos, enseña a los discípulos. Por eso para Jesús, ser manso es mucho más que ser indiferente.

Cuando un joven actúa con bronca expresa su interior, expresa lo que siente, lo que le está pasando por dentro. El desafío es transformar esa fuerza destructiva en fuerza creativa. El desafió es que los jóvenes expresen sus sentimiento a través del arte, de los deporte, de la solidaridad. El desafió para muchos jóvenes es el no tener oportunidades para realizar estas actividades. El desafío es que los mayores den respuestas reales a sus necesidades, y no que combatan la violencia con más violencia, con mano dura, con gatillo fácil. Porque la “violencia engendra más violencia”

El cristiano debe oponerse a la violencia, debe decirle ¡no! a la violencia, no puede aceptar cualquier forma de violencia, de intolerancia, de discriminación. El cristiano debe saber que la indiferencia no es la solución que propone Jesús: la solución es la solidaridad, la comprensión, el diálogo. Los jóvenes tienen que creer en eso, deben alejarse de cualquier manifestación que implique violencia, pero también deben ayudar a aquellos jóvenes que están sumergidos en realidades desfavorables con soluciones creativas donde pongan todas sus fuerzas.

La violencia es fruto de este mundo, en por eso que en nuestra oración debemos pedir para los jóvenes “los frutos del Espíritu: amor, alegría y paz, magnanimidad, afabilidad, bondad, confianza, mansedumbre y temperancia.” (Galatas 5, 22-23)

La mansedumbre que nos propone Jesús, no es ser pasivo ante los problemas de la sociedad, la mansedumbre de Jesús es una fuerza creadora capaz de “hacer nuevas todas las cosas”.(Apocalipsis 21, 5)

El encuentro con Jesús, el encuentro con Dios es lo que los jóvenes necesitan. Dios puede transformar incluso al más violento. “¿Crees esto?” (Jn 11,26)



Andrés Obregón

jesus-te-llama@hotmail.com

jueves, 10 de marzo de 2011

Sin pelos, dominado y ...... sin identidad

Hay un cuento que dice que hace mucho tiempo un señor se caso con dos mujeres de distinta edad, una menor que él y otra mayor.

La que tenía mas edad se quejaba de que siempre la confundieran con la madre del señor (que en verdad era su esposo) y tenía cierta bronca hacia la otra esposa de su pareja, entonces cuando su esposo se iba a dormir ella se acercaba y con la intención de “peinarlo” le arrancaba los pelos de color oscuro así le quedaban las canas y no parecían de edades tan distintas.
La esposa mas joven al ver esto pensó que si su esposo tenia muchas canas la iban a confundir con una hija y por eso también se puso a “peinarlo”, arrancando todas las canas que veía.
Al poco tiempo este señor quedo pelado, y aunque sabia que le arrancaban los pelos a propósito no decidió a hacer nada porque las quería a las dos.
Este cuento fue escrito por un señor llamado Esopo hace más de 2600 años, también escribió el cuento de la tortuga y la liebre y otros más.
Todos alguna vez fuimos (o somos) como este señor, tenemos que tomar una decisión y dejamos pasar el tiempo esperando que pronto las cosas se van a acomodar solas sin intervención nuestra aunque nosotros hayamos generado en lío, situación o problema.
Hay tiempos para esperar y tiempos para actuar, los tiempos de esperar a veces son difíciles de soportar porque estamos ansiosos y queremos hacer las cosas ya, pero los tiempos de actuar son tiempos en los que nos tenemos que jugar por lo que consideremos correcto.
El señor de la historia se quedo pelado, a lo sumo no es un problema tan grande si se compara con un adolescente que esta siendo presionado para fumar, beber, drogarse o tener relaciones sexuales. Siente que algunas personas adultas le arrancan pelos para que parezca más “buenito” y simpático, mientras que algunos que se hacen llamar amigos lo tiran para otro lado presionándolo para hacer cosas que ellos mismos saben que no los va a llevar a buen fin.
Acá aparece Jesús, pegándole en la mano a los que arrancan los pelos y aceptándonos tal cual somos, con nuestras canas y pelos negros. El nos dice no te voy a arrancar ningún elemento de tu personalidad, te voy a amar y vas a crecer conmigo.
Esto es evangelio, esto es vida verdadera. Muchos cristianos se creen más cristianos que Jesús y se ponen como jueces y no como hermanos de amor que es lo que deberíamos hacer.
Al señor de la historia le falto decir: ¡no me arranquen los pelos! ¡Soy una persona con pelos negros y canas y no un muñeco de un juego!
Seamos amigos de Alguien que verdaderamente nos ama y no juguetes de las opiniones.

Lean Yñiguez

viernes, 4 de marzo de 2011

El reflejo...

Había una vez un hombre que sentía una gran sed. Aunque probaba con muchas bebidas, nada lograba calmar la sequedad que experimentaba.


Un día, un anciano muy sabio le dijo que esa sed que él estaba sintiendo solo se podía calmar con el agua de una laguna especial. Allí, le comentó, encontraras Agua Viva, y nunca más volverás a tener sed.

Entonces, después de pensarlo mil veces, decidió dejar todo y marchar en la búsqueda de esa agua. Lo peor de todo, era que nadie sabía muy bien donde encontrarla, y por más que preguntaba, todos estaban desconcertados. Algunos no tenían ni idea de qué hablaba ese hombre. Ni siquiera el anciano pudo orientarlo.

Partió rumbo al norte, cruzó cerros, valles y quebradas. Y en tierras lejanas empezó a encontrar pistas, señales que le marcaban el camino.

Finalmente, cuando ya no tenía más fuerza para continuar, cayó rendido. Entonces ahí, descubrió un gran lago. No podía creer que antes no lo había visto. Desesperado tomó un trago de esa agua cristalina y fresquita.

Cuando recuperó las fuerzas que había perdido se acercó nuevamente y se miró en el reflejo del lago. Entonces vio una imagen distinta, una imagen horrorosa, deforme. Asustado se echó hacia atrás. No era esa su imagen, se dijo. Él era distinto, era bello y sin defecto. Volvió a mirarse por las dudas de que hubiese visto mal, pero solo veía a alguien distinto, extraño.

De pronto lo asaltó el miedo, se le ocurrió pensar que a lo mejor esa imagen que veía en el lago era su verdadera imagen. Pero no, no podía ser. Negándolo salió corriendo. Cuando estuvo lejos, volvió a sentir sed. Deseaba volver, pero temía enfrentarse con esa imagen horrenda que reflejaba el lago. Entonces se le ocurrió que podía beber con los ojos cerrados. Se acercó lo más que pudo a la orilla, cerró los ojos, y se agacho para beber. Pero algo había cambiado, el agua era amarga, distinta a la primera vez. El agua ya no saciaba su sequedad.

Desesperado abrió los ojos, y el reflejo del agua lo volvió a impactar, causándole mucho más dolor. Sin poder aguantarlo se alejó corriendo nuevamente. Hasta que de pronto tropezó con otras personas. Entonces se dio cuenta que las mismas llevaban unos cantaros repletos de agua.

Pensó que podías pedirles de beber, ya que el agua de estos cantaros también provenían del mismo lago. Las personas lo más amable extendieron su brazos y le ofrecieron de sus aguas. Pero cuando iba a tomar, nuevamente, veía en cada una de ellas un reflejo diferente. Disgustado, no podía tomar de ninguna de ellas.

Pasaron los días y la sed se hizo mucho más aguda. Hasta que no aguanto más y resignado marchó rumbo al lago. Esta vez no intentaría ningún truco y enfrentaría esa imagen extraña y desconocida.

Respiro profundo y se miró en el reflejo. En algunos momentos veía a un hombre orgulloso, en otros veía un hombre solo y triste, después el agua le ofrecía la imagen de un hombre egoísta. Pero la imagen que más le dolía, era la de un hombre miedoso. Ya no podía seguir negándolo, esas eran sus imágenes, ese era él, era su realidad. Entonces se hecho a llorar. Las lágrimas salían de sus ojos como un gran río y caían precipitadamente en el lago.

Con los ojos empapados, volvió a mirar hacia el agua y aunque seguía viendo esas imágenes horrorosas, observó en el fondo un pequeño brillo. Tal descubrimiento lo llenó de alegría, porque se dio cuenta que todo en él no era malo. Aceptó que aunque tuviera muchas cosas malas, había en él cosas bellas. Entonces volvió a llorar, pero esta vez de emoción, pues no podía estar más que agradecido con ese lago que le había mostrado su verdadera imagen.

Cuando paró de llorar, miró nuevamente hacia el agua y entonces descubrió a un hombre completamente nuevo. Tomó del Agua Viva, que ahora también tenía un poco del agua de sus lágrimas. Y hasta se zambulló en ella, y quedó todo mojado.

De pronto volvió a pensar en todas esas personas que no conocían ese gran lago y sobre su agua especial, y que ni siquiera sentía la sed verdadera porque la ahogaban con bebidas momentáneas. Entonces sintió que el agua en un profundo arrullo le pedía que trajera a sus orillas a muchas personas que andan por el mundo sedientas del Agua Viva. Entonces con miedo aceptó la misión, pero esta vez sabía que dentro de él también había un pequeño brillo y también había Agua Viva.
Andrés Obregón

martes, 1 de marzo de 2011

Yo tampoco te condeno...

La calle céntrica rebosa de gente, la plaza central está llena de niños jugando. Jóvenes se reúnen bajo los árboles a escuchar música y compartir momentos juntos.
Hombres y mujeres vestidos de manera elegante pasean con apuro sobre la vereda llevando carteras y bolsos a la moda.
En una escalera está sentado Nicolás, sus manos cubren su cara marcada de ojeras de tanto desvelarse. La tristeza lo ha convertido en una persona callada, con la mirada perdida en el horizonte. Siente que sus errores lo persiguen y que finalmente lo van a alcanzar.
Por dentro en su interior las acusaciones interrumpen sus pensamientos todo el tiempo, por fuera muchos dedos lo acusan incluyendo su familia, amigos y conocidos.

“Le trajeron a Jesús una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: ‘Maestro esta mujer ha sido sorprendida cometiendo adulterio. Moisés, en la Ley, mandó que tales mujeres deben morir apedreadas. ¿y tú qué dices?’
Jesús se agachó y se puso a escribir en la tierra. Como insistían se enderezó y les dijo: el que no tenga pecado que arroje la primera piedra.
Después se agachó de nuevo y siguió escribiendo. Al oír esto todo se retiraron uno tras otro comenzando por los más ancianos. Jesús quedó solo con la mujer que permanecía allí, e incorporándose, le preguntó: ‘Mujer ¿Dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te condenó?’. Ella respondió: ‘Nadie, Señor’. ‘Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete y no peques más.” Juan 8, 1-11

¡Qué grande es el peso de la culpa! ¡Cuánto tirados en el suelo acusados por la culpa! ¡Y cuántas manos que sólo señalan!
Y ante todos ellos, Jesús levanta la cabeza y sólo hace una pregunta. No culpa, no recrimina ni reprocha; solo se limita a ofrecerle el perdón. Le brinda la salvación. Para ella hay una nueva oportunidad.
Jesús tampoco te acusa. Permítete que el amor entre en tu vida, permítete que el amor cure todas tus heridas, pide a Jesús que te sane con su amor. Si Dios no te acusa, nadie más tiene el derecho.
No te deprimás más, aún podés salir. Mirá adelante, empieza a sanar. No busqués culpables, buscá una solución: Él es la solución.
El Señor no favorece al pecado ni a los pecadores. Le dice claramente a la mujer: Vete y desde ahora no peques más. El Señor condena al pecado, pero no al pecador que se arrepiente. La respuesta de Jesús mira en la conciencia de cada uno, sobre todo la de aquellos que se encargan de acusar.
Recuerda: En la cruz Él borró nuestro pecado. Repite conmigo: Jesús ya borró todos mis pecados.
¿Y si todas las manos que sólo señalan, acariciaran? Si nosotros en vez de juzgar, salimos a gritarle al mundo que el Amor ya nos perdonó.
Todavía tenés una oportunidad, si estás leyendo esto, cree que es Dios el que se está acercando a vos. Dios quiere que leas este mensaje y compredás que Él no te acusa, no te pide cuentas. Él mira tu corazón arrepentido y te está buscando con los brazos abierto para recibirte y hacer una fiesta!
Levántate, por dentro nuevo podés ser. Levántate, ya fuiste salvado. Toma nuestras manos, levántate vuelve a empezar!!!

Leandro Yñiguez
Andrés Obregón

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